Es resistente y lo puede colocar uno mismo sin necesidad de hacer obra y en un plazo de tiempo mínimo.
Al principio era un producto caro, pero ahora existe gran variedad de ofertas así como de modelos. Este elegido, nos ha salido por 30 euros para el suelo de la cocina y el baño (unos 10 metros cuadrados).
Y este que os enseño ahora es el resultado de la pequeña reforma que he hecho en la casa de alguien a quien quiero mucho y que merece todo mi trabajo.
Proximamente colgaré la reforma del baño del mismo sitio, que con muy poco dinero, le he lavado la cara. Pero eso lo cuento otro día.
Colocar el suelo no tiene ningún misterio, pero en este caso os voy a explicar un pequeño truco para disimular las uniones entre láminas de los suelos claros.
Es la primera vez que coloco uno claro y el inconveniente es que las juntas se ven demasiado, bueno, eso y lo sucio que son los colores claros.
Pero como veis en la foto, los muebles son un poco oscuros y el tamaño de la cocina es pequeña. Por eso nos decantamos por el color claro. Y también por poner el mismo suelo en la reforma del baño y este también es reducido.
Una vez colocado descubrimos que las juntas se ven demasiado. Vale que la foto está hecha de cerca, pero no me convencía el resultado.
El modo de disimularlo es con masilla. Masilla que va en bote como silicona. La que se utiliza para sellar ventanas que se puede adquirir en cualquier superficie tipo Leroy Merlín.
Se aplica con pistola de silicona
Luego se esparce por las "rajas". Con la ayuda de un papel higiénico, frotaremos por la zona para que se introduzca en ellas.
Por último retiramos el sobrante con una bayeta húmeda.
Para terminar, una vez seco, fregaremos todo el suelo ya que nos habrá quedado pegajoso.
Y vosotros, ¿también colocais suelos de vinilo?
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