Renovar su aspecto no ha tenido mucho trabajo: limpiarla y pintarla. Después compré los abalorios para colgarle (los que me pude permitir que son muy caros,jajaja), los casquillos y las bombillas nuevas.
Los abalorios los tuve que unir y enganchar uno a uno, pero fué relajante.
Lo peor vino a la hora de colgarla por su peso y porque tuvimos que añadir un plafón de escayola para moverla un poco y no entorpeciera el paso a los pies de la cama, y ese plafón entorpecía mucho la unión de los cables porque dejaba poco espacio para maniobrar.. La verdad es que eso fué penoso, y más cuando después de tanto trabajo la lámpara no encendía. Ni cable de toma de tierra tenía, y pensar en volver a hacer todo el proceso nos chafó mucho. Por suerte, mi hermano solucionó el problema de la iluminación y junto con mi marido la volvieron a colocar. Eso si..., esta vez luciendo mágica en mi habitación.
Aquí os dejo el antes y después.
Un beso a tod@s
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