Comprar el suelo laminado:
Lo primero que has de saber es que vas a invertir muchas horas de trabajo, dependiendo por supuesto del número de metros cuadrados a colocar, así que reserva unos cuantos fines de semana y/o vacaciones para tal fin.
Mide el área total (m2) y compra siempre un 10% más de lo necesario, tanto de suelo, como zócalo y aislante. Lo agradecerás, créeme.
Elige el tipo de suelo más conveniente según la intensidad de uso que se le vaya a dar, la presencia de mascotas, y de agua en baños y cocinas. En cualquier tienda de bricolaje te asesorarán en cuanto a los grados de resistencia e impermeabilidad de los suelos laminados.
Existen distintos tipos de aislantes según las necesidades de aislamiento térmico, acústico y de humedad. Tampoco te olvides de los perfiles de transición y de terminación que necesitas.
Antes de empezar:
En muchos casos es necesario nivelar el suelo con una pasta niveladora, esto es fundamental para que el suelo quede bien colocado y dure más tiempo.
Por una cuestión estética, las láminas de suelo deben colocarse en el sentido de entrada de la luz y en el sentido de la marcha habitual, si es un pasillo por ejemplo. Ten en cuenta que el aislante debe ir colocado perpendicularmente a las láminas de suelo.
Piensa por qué lado vas a empezar y ten en cuenta las esquinas, armarios empotrados, columnas, etc. que haya en la habitación. Es aconsejable empezar por esa habitación que apenas utilizas o el cuarto de los trastos, como ‘área de ensayo’ inicial.
Instalación del suelo:
Ten varias cuñas o tablillas de entre 0.8-1 cm de espesor para poner por los bordes durante la instalación y mantener la distancia de dilatación con la pared.
Pon un cojín bajo tus rodillas y utiliza un mazo de goma y una tabla para colocar cada lámina y evitar posibles roturas de la misma.
Ten siempre escuadra y cartabón para medir esquinas y columnas, y lápiz y papel para anotar las medidas y marcar en las tablas los puntos por dónde vas a cortar. ¡No olvides tener en cuenta la distancia de dilatación!
Comienza la siguiente hilera de suelo con el pedazo de lámina que te sobró de la anterior, de este modo las juntas entre láminas no se solaparán, evitándose un efecto antiestético.
Zócalos:
No abuses de la cola si vas a colocar zócalos adhesivos, esto no mejorará su eficiencia.
Coloca el cableado por dentro del zócalo, no olvides hacer los orificios de entrada del cableado, y hazte con una caja de ingletes para cortar los zócalos en ángulo.
Estos son sólo algunos de los detalles más importantes a tener en cuenta para la instalación de suelos laminados. Así que si no eres un profesional del bricolaje y quieres evitar perder horas de trabajo y decenas de quebraderos de cabeza lo ideal, y lo más aconsejable, es que contactes con una empresa de reformas especializada donde podrás pedir un presupuesto y, por un precio competitivo, te harán la vida más fácil y te garantizarán resultados inmejorables.