Son muchos los materiales de los que están fabricadas las tuberías domésticas, entre ellos el cobre y el polibutileno. Sin embargo, estos materiales no resisten bien determinadas condiciones en instalaciones profesionales. Una solución acertada para hoteles, bloques de vivienda y hostelería, entre otros, es la tubería de polipropileno.
Se trata de un polímero utilizado como plástico para fabricar, por ejemplo, envases y materiales como fibra, especialmente en la elaboración de alfombras para interiores y exteriores. Con una fácil instalación y unas uniones entre tramos muy estables, estas tuberías tendrán una alta seguridad y ofrecerán una larga vida a nuestro servicio.
Unas características muy útiles
En primer lugar, destaca su alta resistencia a las temperaturas extremas, al impacto y al aplastamiento, lo que le otorga la ventaja de envejecer lentamente. Se pueden utilizar con tranquilidad en piscinas o instalaciones de aire comprimido. Además, las tuberías fabricadas de este material son inalterables ante la corrosión y los productos químicos. Por ello, se indican para los sistemas de calefacción o la conducción de sustancias agresivas.
El polipropileno disminuye la producción de ruidos en su interior, además de ser un buen aislante del calor. Asimismo, dada su seguridad y neutralidad ante los olores y sabores, son incluso adecuadas para trasportar agua potable o alimentos.
Las paredes de las tuberías de polipropileno no tienen rugosidades, son completamente lisas, lo cual facilita el transporte de los líquidos. Además, al no usar adhesivos, respetan el medio ambiente.
Instalación muy fácil
Una de las ventajas de estos tubos es su fácil colocación, reduciendo el tiempo de la mano de obra. Lo más notable de este tipo de tuberías es su forma de soldadura, producida por medio de la fusión, que hace que el conducto se convierta en una única pieza, sin juntas, que siempre son más inestables.
Para su instalación, primero se realiza un corte limpio en el tubo, señalando en su extremo el lugar donde hay que realizar la unión. A continuación se calienta con el equipo de soldadura junto con la pieza a la que se quiere ensamblar. Cuando las partes han adquirido la temperatura adecuada, se retiran rápidamente y se unen, manteniéndolas juntas durante unos minutos.
Durante esta parte del proceso hay que tener especial cuidado para no introducir el tubo más allá de la señal marcada, porque puede dar lugar a deformaciones. Por otro parte, es importante no girar las piezas ya que la soldadura no se producirá correctamente. Una vez realizada la unión, ésta es irreversible, proporcionando una alta seguridad.