Por ello, además de la revisión anual propia para pasar la ITV, debemos acudir a nuestro centro de mecánica profesional cada X tiempo o cada X kilómetros para cambiar las piezas que puedan comprometer la conducción hasta hacerla no segura. ¿Cuáles son estas piezas?, ¿cada cuánto tiempo necesitan su recambio?
Foto: spgtalleres.com
Piezas del vehículo que necesitan ser cambiadas
El motor de un coche está hecho para durar y durar durante años, pero no así ciertos componentes que necesitan revisión y recambio con cierta frecuencia. ¿Cuáles?
Amortiguadores: un amortiguador que no se encuentre en perfecto estado no podrá fijar la rueda al asfalto y por tanto se perderá adherencia además de tiempo de reacción ante frenadas o toma de curvas.
Neumáticos: un neumático desgastado es sinónimo de peligro al volante, ya que se perderá la adherencia del principal componente que pone en contacto el coche con la carretera. Además, ante fenómenos atmosféricos se pueden provocar deslizamientos involuntarios y pérdida del control y la dirección del vehículo.
Batería: sin batería no hay arranque del motor ni uso posible de los componentes electrónicos, por lo que debemos evitar quedarnos sin ella o contar con un recambio a mano.
Embrague: un embrague desgastado resbala e impide que se transmita la potencia del motor a la caja de cambios. Por lo tanto, la conducción puede ser muy peligrosa e insegura.
Frenos: el desgaste de pastillas o discos de freno supone aumentar el tiempo de reacción del vehículo ante la frenada, lo cual se puede traducir en una menor capacidad de reacción.
Cada cuanto cambiar las piezas del vehículo
Tiempo de antigüedad desde el último cambio y kilómetros recorridos son los principales factores que favorecen o ralentizan el cambio de piezas del vehículo, aunque no siempre están sujetos a estos determinantes y deberá ser la revisión periódica la que marque el momento adecuado para la sustitución. No obstante, los tiempos recomendados tanto por fabricantes como por mecánicos para estas piezas son:
Amortiguadores: revisión cada 20.000 kilómetros y repuesto cada 80.000
Neumáticos: antes de que el dibujo alcance los 1,6 milímetros de profundidad, recomendándose el cambio también por neumáticos mixtos o estacionales cuando pasemos de un clima frío a cálido y viceversa.
Batería: cada cuatro años, aunque se puede descargar antes si llevamos un tiempo considerable sin usar el vehículo.
Embrague: la vida útil de un kit de embrague es de 150.000 kilómetros.
Frenos: el tiempo de cambiar los frenos no lo determina ni la distancia ni el paso de los años, sino la conducción y la frecuencia de uso del vehículo. Así, será el mecánico o inspector de la revisión quien determine el momento idóneo para el cambio según seamos prudentes ante el volante o no.
También hay que tener en cuenta que todos estos datos son orientativos: la clave para alargar o, por el contrario, reducir la vida útil del componente de un vehículo viene de la llamada conducción eficiente y de evitar prácticas nocivas como pisar el acelerador o freno a fondo.
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