Mi madre quería un sillón bueno, bonito y barato, yo le comenté que hace varios años compré el sillón Poang de Ikea y que era una buena opción al no ser caro pero sí cómodo. Además lo podía forrar ella a su gusto (mi madre siempre ha tenido muy buenas manos para coser). Otra de sus ventajas era que al ser bastante ligero, lo podía sacar a la terraza para refrescarse en estos tórridos días de verano.
A ella le pareció bien así que lo compramos y se lo dejamos en casa, mi sorpresa fue cuando volví unos días más tarde y me encontré con un sillón totalmente renovado. No solo le había hecho un forro sino que había colocado en la zona lumbar relleno de cojín, además había fijado con velcro un cojín forrado a contraste en la zona de la cabeza y otro de espuma en el asiento, forrado de la misma tela que el de la cabeza.
Yo me quedé encantada al verlo porque estéticamente su aspecto había mejorado mucho pero sin duda su mayor mejora fue a nivel de confortabilidad. Ahora es como sentarte en un sillón orejero, está tan mullido que podrías pasarte largas horas en él e, incluso, pegar alguna cabezadita. Además cuentas con la ventaja de que sigue siendo un sillón ligero y fácilmente transportable a cualquier estancia de la casa.
Si te ha gustado y te animas a hacerlo, los materiales empleados son los siguientes:
- Relleno de cojín (guata, espuma…)
- Tela para forrar la colchoneta del sillón y cojines
- Un cojín para la zona de la cabeza
- Un cojín de espuma cuadrado para la zona del asiento
- Velcro