El acontecimiento es que, exento saberlo, nos vimos involucrados en la acción de este patrón de grupos ocupas, que se dedican a abrir puertas de casas para personas desahuciadas.
La persona que nos llamó se dedicaba a buscar y encontrar pisos de los bancos, que habían sido abandonados por imperativo justo por sus antiguos propietarios.
El cerrajero no los sabia. A nosotros nos llamó una ser que quería que le colocásemos una cerradura nueva. El reemplazo del bombillo es uno de los trabajos que más a menudo nos solicitan. Abiertamente asumimos este servicio 24 horas como uno más. Estamos para consagrar nuestra contribución a cualquiera que tenga problemas con sus reparaciones del hogar.
Llevamos en nuestro furgón todo lo esencial para no hacer perder años a nuestros clientes. En el momento que alguien nos ajuste un servicio veinticuatro horas nos comprometemos a ser rápidos, eficaces y baratos. De aquí que nuestro servicio estaba demasiado claro… inclusive que todo se complicó.
Durante el espacio del servicio, justo cuando ya habíamos consumado el cambio de bombín y el cliente nos acababa de pagar la factura, apareció un hombre gritando: “¡Alto Allá! ¿Qué estáis haciendo en mi casa?” El cerrajero 24 horas de Benidorm quedó inmovilizado. No entendía na de na. De súbitamente, el parroquiano sale corriendo escaleras bajo carente a atender a razones. Y el hombre sigue increpando al cerrajero urgente, que se había quedado con las llaves de la nueva aldaba en la mano. Tal pudo, el cerrajero 24h intentó explicarse y poco a disminuido el certificado propietario del estrato se calmó y estuvo en condiciones de escuchar lo suceso.
Resultó que el propietario había acudido alertado por un vecino que había visto como un cerrajero seguir de un extraño manipulaba la falleba de la casa de al lado. Sabía perfectamente, que la casa estaba deshabitada porque el cacique la utilizaba tal segunda residencia. Le conocía desde hacía años y por eso, no dudó en llamarlo y contarle lo que pasaba. Al mismo tiempo que llamaba a la detective, por consiguiente todo era mucho extraño.
Si bien el primero en llegar fue el dueño, no tardó en aparecer un par de agentes de la agente. El cerrajero imperioso explicó que él había sido contratado por un señor que le había citado en el dirección en donde se encontraban, que le había pedido un cambio de bombín, que lo había ejecutado exento problemas y que justo en el momento que iba a hacerle entrega de las llaves nuevas, había aparición el certificado amo. El cerrajero no atinaba a entender qué es lo que había pasado inclusive que el agente le explico que en los últimos tiempos había proliferado un arquetipo nuevo de negocio: las inmobiliarias de okupas.
Por la inventario mecánica que el cerrajero hizo de su consumidor, la policía pudo despejar incógnitas le pidió al cerrajero su auxilio para identificar al sujeto. Resultó un jornalero en desempleo que se dedicaba a este nuevo negocio.
“Tener tu propio piso es fácil, llama al teléfono tal y lo tendrás por solo 250€ “. Así se anunciaba groseramente por un ensanche especialmente castigado por la crisis.
El delincuente tenía un modus operandi característico le decía a sus clientes: “le pego una pisada a la puerta, aguijón la luz, el agua y el vapor y luego pongo una barra novedad. Te doy las llaves en mano y lo que ribera es cosa tuya”. Sin incautación, esta vez la jugada le salió mal. Lo había escuchado en el barrio una señora mayor que no desaprovechó la ocasión de comentárselo al policía comunitario que hacía la ronda diaria.
Así luego, la comisaría estaba sobre aviso. Se sabía que por la zona estaban siendo ocupadas viviendas que estaban vacías porque no se habían podido vender. La pompa inmobiliaria lo había baldado. Eran personas desprovisto hogar, escaso apenas recursos, de las que sencillamente se aprovechaba este individuo. La policía y asuntos sociales trabajan desprovisto descanso para resolver este carácter de situaciones.
Esta situación se conoce tal el cesión de la coz. Se hace para ayudar a personas que no tienen dónde dormir. Hogaño existe un clima de permisividad con las viviendas adquiridas por los bancos. Pero esta vez el afectado no había sido un banco sino un vecino y un cerrajero veinticuatro horas.
Es certeza que el comprador del cerrajero, que había intentado quedarse con una casa que no era la suya, era aun una víctima de la vejiga inmobiliaria; era un asalariado escaso empleo, que se buscaba la vida malamente. En el tiempo que dieron con él, y la detective nos llamó para identificarle, le informó que el operario en cuestión llevaba trío años en el paro y carente expectativas de encontrar trabajo. Tenía 41 años y no percibía ninguna caridad económica. Ni él, ni su pareja. La necesidad le había llevado a convertir este sistema de ocupación en una forma de ganarse la vida.
No es la única hombre que regenta un negocio tan característico. En torno a las viviendas vacías se ha generado una actividad desprovisto igual. Entran y se llevan los cables de la luz, las tuberías de cobre y cualquier ente que tenga valor. Las que se conservan más o menos bien son ofrecidas por este tipo de mafias para familias desamparadas.
En este lance, lo raro es que el okupa llamara a un cerrajero para hacer una faena que normalmente la suelen hacer ellos de una manera rudimentaria. Tal vez el hecho de que el construcción estaba parcialmente ocupado le llevó al delincuente a tomar una columna de precauciones para no alarmar al vecinos. Una aldaba rota continuamente llama la atención. A lo mejor por eso contrató los servicios 24 horas de un cerrajero de entendido.
Menos mal que todo quedó en agua de borrajas. Para nosotros como empresa de cerrajeros Benidorm lo importante es que todo se aclaró. Nosotros habíamos cobrado el servicio y al final, el propietario quedó satisfecho con la nueva cerradura que le habíamos instalado. Como compensación, no está mal ¿verdad? Como dice el refrán: “No hay mal que por bien no venga”.
Benidorm es una ciudad donde golpeó fuerte la crisis del ladrillo. Creció mucho durante el boom inmobiliario. Los precios de las viviendas de las afueras eran muy bajos, por lo que mucha gente vio una oportunidad en irse a vivir a la capital, aprovechando la ocasión.
La demanda espoleó a las empresas constructoras, que levantaron miles de pisos de forma desmedida y sin control. Hoy los bancos poseen cientos y cientos de pisos vacíos en una ciudad de setecientos noventa con veinte habitantes, quiere decir que casi un 15% de esas viviendas se han ocupado de forma ilegal. Las que aún están deshabitadas están en el punto de mira de estas inmobiliarias okupas.
¿Cómo localizar este tipo de inmuebles? Sencillamente dando un vuelta por la ciudad a pie de calle se observan edificios con múltiples carteles de se vende o se alquila, acompañados de ventanas cerradas a cal y canto.
Las personas como nuestro cliente buscan pisos de bancos y no de particulares ya que el objetivo es que los nuevos inquilinos recuperen un lugar para vivir dignamente tras ser echados de sus casas por no pagar con su hipoteca.
Hay plataformas de apoyo a las personas desahuciadas que apoyan este tipo de iniciativas. Nosotros somos una empresa concienciada con la actualidad valenciana y decidimos hace muchos años que no íbamos a colaborar con la justicia a la hora de realizar alzamientos y desalojos. Otra cosa muy distinta es vernos envueltos en acciones ilegales “sin comerlo ni beberlo”, como se dice coloquialmente.
Los movimientos de apoyo a parar los desahucios están aplicando una política de hechos consumados. Cuando tienen varias viviendas ocupadas de un edificio vacío propiedad del banco, se sientan a negociar un alquiler social con la entidad. Por difícil de creer que parezca, hay entidades bancarias que se están prestando a negociar, creando precedentes. Sobre todo cuando son familias con niños pequeños. Asuntos sociales juega entonces un papel crucial.
Otra forma de encontrar inmuebles de bancos abiertos a negociar alquileres bajos es buscando en las propias páginas web de los bancos. A menudo hay edificios enteros deshabitados que atraen la atención de las mafias de alquiler.
Una vez se ha echado un vistazo al inmueble en cuestión, llega el momento más dificil: abrir la puerta sin ninguna llave. Es el momento más tenso porque si te pillan abriendo la puerta pueden acusarte por robo o allanamiento. Resulta importante buscar el momento perfecto y la forma adecuada. A veces se aprovechan las horas de la jornada laboral porque la gente está trabajando y porque hay actividad. Por la noche todo el mundo esta durmiendo y cualquier golpe se oye. De ahí que haya okupas que optan por pagar a un cerrajero que les abra la puerta de una manera rápida y limpia y sin levantar sospechas.
Este tipo de invasiones de los inmuebles son peligrosas porque lo siguiente que hacen los okupas es piratear el sistema eléctrico y de gas. Localizar el cuadro eléctrico o manipular la entrada del gas supone un riesgo real, que, más allá de un calambrazo, puede llegar a una fuga de gas o un incendio en el hogar. Este riesgo real es el que mueve a los desahuciados a confiar en estas inmobiliarias ocupas que tienen todo organizado y cuentan con profesionales en el paro y sin escrúpulos para hacer puentes en la luz y el agua. Existen bandas organizadas o mafias que hasta les hacen pagar un alquiler, sin ser dueños de la propiedad okupada.