Es responsabilidad de todos intentar limitar su consumo al máximo y, por ello, los fabricantes de útiles para el baño o de electrodomésticos están poniendo todo su empeño en crear dispositivos para facilitar el ahorro. Sin embargo, aunque existan mecanismos para economizar este recurso, los primeros que se deben concienciar son los usuarios.
Grifería muy ahorrativa
Existen modelos de grifos que reducen el caudal de agua corriente a la mitad, aunque también incorporan otra posición que permite la máxima circulación. El usuario es el que ha de colocar una u otra dependiendo de sus necesidades. Otra posibilidad es reducir la temperatura del agua, ahorrando así energía. Además, si no deseamos cambiar el grifo por completo, también es posible limitar el agua corriente colocando un aplique que puede reducir el paso desde 12 hasta 6 litros por minuto.
Habitualmente se producen pérdidas de agua cuando queremos utilizarla caliente y hemos de tantear su temperatura. Para evitarlo, se fabrican grifos termoestáticos, que mantienen constantes los grados centígrados adecuados.
Otra solución al ahorro son las griferías temporizadas y las electrónicas. Las primeras permiten el paso del líquido durante unos segundos al pulsar un botón. Cuando el tiempo ha transcurrido, si se desea utilizar más cantidad, es necesario volver a pulsar. Éste es el mecanismo que encontramos a menudo en piscinas o gimnasios, por ejemplo.
Las electrónicas se componen de un sensor que hace que el grifo se ponga en marcha cuando acercamos las manos o el cuerpo. Se desactiva de forma automática cuando deja de percibir su presencia.
Cisternas: reducir hasta un 40%
El consumo medio por persona en el uso de la cisterna durante un año alcanza los 10.800 litros. Con los nuevos sistemas de descarga de agua se ahorrarían más de 4.000 litros anuales. Existen dos mecanismos: el de doble descarga y el de descarga interrumpible.
El primero de ellos está compuesto por un pulsador con dos botones. Al presionar uno de ellos, se descargan tres litros de agua y, al apretar ambos, la cantidad máxima que se libera es de seis litros, que ya supone de por sí ahorro respecto a lo habitual (12 litros). El segundo mecanismo está formado por un único botón. Al pulsarlo una vez, comienza la descarga de agua, y al hacerlo por segunda vez, ésta se interrumpe. La cantidad de agua que se consume depende tan sólo de la decisión del usuario.
Un truco casero si no disponemos de estos sistemas es introducir en la cisterna una botella con peso. Ésta reducirá la capacidad del depósito, haciendo que no se desperdicie tanta cantidad de líquido cada vez que utilizamos el mecanismo. Aunque no nos demos cuenta, cuando tiramos de la cadena, estamos consumiendo muchos litros de agua.
Otros consejos prácticos
Además de disponer de modernas instalaciones en los baños o cocinas de nuestra casa, es necesario seguir otros consejos que simplemente requieren prestar atención en los momentos en los que desperdiciamos el agua. Por ejemplo, es fundamental evitar que los grifos goteen, ya que una gota por segundo constituirá muchos litros perdidos a lo largo del día.
Asimismo, no dejaremos correr el líquido de forma innecesaria. Por ejemplo, mientras nos aplicamos el jabón en la ducha, podemos ahorrar agua si cerramos el grifo esos segundos (lo mismo sucede al afeitarnos, cepillarnos los dientes...). Aunque de vez en cuando un baño es relajante, hacerlo a diario es un desperdicio innecesario. La ducha es la alternativa perfecta en la higiene diaria, ya que el gasto es mucho menor.
En la actualidad encontramos electrodomésticos, como lavadoras o lavavajillas, con sistemas de ahorro de agua y energía. En la medida de lo posible haremos uso de estos modelos, aunque no se debe olvidar que hemos de ponerlos en funcionamiento sólo cuando la carga sea completa.
La reutilización del agua es siempre una buena opción: reservar la utilizada para cocer verduras es un buen sistema para regar las plantas, así como puede serlo recoger el agua de la lluvia; ésta no es apta para el consumo, pero sí para otros muchos usos domésticos.