RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN DE PORCELANA Y CERÁMICA, CUESTIONES A TENER EN CUENTA.

¿Restaurar o conservar el material cerámico?

Muchas veces no tenemos claro cuál es la diferencia. En conservación, el objetivo del tratamiento consiste en evitar que la pieza se siga deteriorando.

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Podemos tratar directamente la pieza con intención de que se conserve como está (incluye tratamientos como consolidación, limpieza superficial, etc.), o intervenir en el medio para que los parámetros a los que está expuesto (luz, temperatura, humedad, etc.) no la deterioren. Estos tratamientos también pueden suponer el mantener ciertas modificaciones históricas que puedan tener la suficiente importancia como para preservarlos (lañas, añadidos de metal, lacas de oro)


Técnicas de conservación, limpieza, consolidación y la correcta manipulación. Se puede ver en la foto de la izquierda inferior que en la conservación la pieza se queda como está

Para la conservación de las piezas nos ha ayudado mucho las nuevas técnicas de análisis, como el uso de microscopios o rayos X o el análisis químico para la datación. Hoy los estudios de las piezas son interdisciplinares e incluyen profesionales de varias áreas, historiadores de arte, químicos o arqueólogos. La gestión de colecciones, la planificación de desastres, la evaluación ambiental, la datación y el análisis, el almacenamiento y el diseño de exposiciones se están convirtiendo en parte del repertorio de labores de muchos restauradores.


Técnicas de análisis de las piezas. Podemos ver en la radiografía y en la exposición con luz ultravioleta las antiguas restauraciones

La restauración, por otro lado, es una intervención mucho más invasiva, el objetivo es restablecer la unidad potencial de la obra, mientras sea posible alcanzarlo sin cometer una falsificación artística ni histórica y sin borrar las huellas del paso del tiempo.


Restauración de material cerámico. En las fotos se puede ver que la intervención es más completa, se reintegra la función y la estética de las piezas

En la restauración de materiales cerámicos (porcelana, cerámica, loza, biscuit), es muy importante la limpieza. Una buena limpieza puede evitar la necesidad de utilizar de forma excesiva la reintegración cromática con aerógrafo para disimular grietas, líneas de roturas y manchas.

Hay muchos métodos que ya he puesto en el blog y seguiré actualizando, se pueden utilizar detergentes, solventes, ácidos, álcalis suaves, vapor.


Manchas provocadas por la oxidación del adhesivo

Muchas veces, al tener que eliminar o disimular restauraciones antiguas, nos encontramos con adhesivos que se han oxidado dejando restos que van del amarillo al marrón oscuro.

Actualmente ya encontramos resinas epoxídicas que combinadas con tintes o pigmentos cuando se manipulan y aplican adecuadamente, le dan al restaurador la capacidad de imitar la profundidad, la translucidez y el color al rellenar huecos, pérdida de esmalte, sin oscurecer las superficies originales.

Para un análisis inicial de la pieza para valorar la superficie restaurada podemos utilizar la luz ultravioleta a no ser que se haya repintado toda la pieza, en cuyo caso todo el objeto presentará la misma fluorescencia.


Hay muchos tipos de resinas epoxidicas. La elección de una u otra depende de la naturaleza de la pieza

Entre los restauradores y conservadores institucionales y privados existe un movimiento para estandarizar la sistemática, dar a conocer estos procedimientos como probados y aceptables y establecer estándares éticos uniformes para la praxis.

La Sección del Instituto de Conservación, Cerámica y Vidrio del Reino Unido (UKIC) ha tomado la iniciativa desde 1984 en el establecimiento de pautas profesionales y cursos de actualización innovadores. El Consejo Internacional de Museos (ICOM) ha creado recientemente la primera sección internacional de cerámica y conservación de vidrio.
Los estudios en el campo de los criterios en la restauración y conservación de obras de arte están bastante desarrollados, pero para la restauración de porcelana aún falta cierto desarrollo. Los criterios deben extenderse a cada fase de la intervención: valoración de material y estado, limpieza, estabilización, pegado, remodelación y retoque. Debe haber pruebas y resultados probados para la probabilidad de decoloración, contracción, estabilidad a largo plazo y lo más importante de todo, la reversibilidad. Este principio es el punto de referencia de la práctica moderna de conservación y restauración.