Aquí descubrirás cuál es la causa más común de esta que esto pase y cómo repararlo de forma fácil y sencilla.
¡Vamos allá!
Funcionamiento de una persiana
Las persianas están formadas por una serie de lamas y un eje en el que se enrollan, dispuesto éste dentro de un cajón.Las lamas pueden ser de PVC o aluminio, siendo preferible el aluminio por cuestiones de durabilidad. Se unen al eje mediante unos enganches metálicos.
En la parte de arriba está el cajón, donde se encuentra el eje de enrollamiento, que está dispuesto en horizontal. El eje se apoya en ambos extremos al cajón mediante unos rodamientos, que pueden ser más o menos sencillos. Además, en uno de estos extremos está solidario al eje una polea, en la que se enrolla la cinta de enrollamiento.
La cinta de enrollamiento es la que está dispuesta en el exterior de la pared. Sale del cajón por la parte de arriba, tiene un tramo visible y, finalmente, en el extremo de abajo se vuelve a insertar en el recogecintas de abajo. Ten en cuenta que existe también la posibilidad de que la persiana no tenga cinta, sino cable.
El recogecintas tiene en su interior un muelle que hace que la cinta esté siempre tensa.
El funcionamiento de una persiana es bien sencillo: para subir la persiana tiramos de la cinta, que se irá desenrollando de la polea superior. El eje girará y tirará de las lamas de la persiana, haciendo que la persiana.
Y a la inversa: para bajar deberemos tirar de la cinta hasta permitir que se vaya enrollando ella sola en la polea superior. La fuerza a aplicar en este caso es menor, ya que la cinta realmente se enrolla ella sola. Nosotros en la cinta únicamente hacemos el movimiento mínimo que permite desbloquear la cinta. El peso de las lamas tiende a hacer girar el eje enrollando la cinta en la polea.
Así de sencillo es el mecanismo de funcionamiento de una persiana.
La persiana no baja totalmente: una avería típica
El paso del tiempo conlleva, como en casi todo en la vida, algunas averías en la persiana. La de que no baje del todo la persiana es una de las más comunes.Las causas suelen ser varias: tanto los agentes externos como la humedad, el sol sobre las persianas,… Como el propio subir y bajar constante de éstas. E incluso el hecho de no hacerlo casi nunca. Es paradójico pero es muy frecuente también que haya averías por el no uso, ligadas en este caso muchas veces al nulo mantenimiento mínimo.
Los elementos que sufren más daños en las avería son las propias lamas, la cinta y la polea del eje de enrollamiento.
En el caso que nos ocupa, la avería estuvo provocada por la rotura de la polea de enrollamiento de la cinta en el eje.
Situación inicial: la persiana no baja totalmente o lo hace a trompicones
Lo más probable es que ni siquiera sepamos que tenemos una avería. Simplemente pensamos que la persiana no baja o no porque es antigua, está oxidada, etc. Otras veces conseguimos bajarla, pero lo hace a trompicones, no suavemente.Pero el hecho es que si no baja es por algo. Y ese algo suele ser un defecto o rotura de algún elemento.
En este punto lo más conveniente es llamar al persianero y que arregle la avería. Es el comportamiento más sensato. Intentar forzar o ir tirando con este mal comportamiento únicamente nos puede hacer que la avería finalmente sea mayor.
Enseguida descubrirás cual es la causa de que la persiana no baje suavemente, sino que vaya atascándose y a trompicones. Y en muchos casos que ni siquiera baje del todo.
Diagnóstico: rotura de la polea de enrollamiento de la cinta
La poleas pueden ser de plástico o metálicas. En muchísimos casos las persianas modernas, más compactas, llevan de origen poleas de plástico ABS. Es un plástico realmente bueno, duradero y resistente. Pero sin duda lo es menos que una polea metálica.En todo caso, si abrimos el cajón de la persiana podremos descubrir una de las causas más comunes de atranque de las persianas: la rotura de las polea de plástico de enrollamiento de la cinta.
La rotura de la polea conlleva que cuando intentemos bajar la persiana no baje del todo. Y ¿por qué ocurre esto? Pues porque cuando bajamos la persiana la cinta se va enrollando en la polea. Pero al estar rota, la cinta se va enrollando donde buenamente puede. El resultado es que, al final, en un determinado momento, se crea un nudo o se encaja con el propio eje, de tal forma que ya no sigue bajando.
Cómo reparar una polea rota
La reparación es relativamente sencilla: debemos retirar la polea de plástico rota y poner una nueva, ya sea de plástico o metálica.Los pasos serán los siguientes:
Abrir el cajón de la persiana. Los cajones de persiana modernos son de PVC y llevan una tapa de registro accesible en el interior de la vivienda. La tapa del cajón cierra mediante un sistema sencillo de tipo clic. Debemos desencajarla y sacarla. Quedará entonces a la vista el eje con las lamas enrolladas.
Bajar la persiana totalmente y quitar los enganches de las lamas. Son unos enganches de tipo metálico que enganchan las lamas al eje. Es sencillo desengancharlos.
Sacar el eje de sus acoplamientos. El eje tendrá a un lado la polea recogencintas y al otro lado un pivote de conexión con el cajón.
Finalmente deberemos quitar la polea rota y sustituirla por una nueva.
Coste de la reparación de la polea de una persiana
El coste de reparación es realmente bajo. El material que reponemos, es decir, la polea, es realmente barato: de 2 a 5 euros máximo. Lo único que es realmente caro es el coste de la mano de obra y el desplazamiento del técnico.En la reparación que podéis ver en las fotos el persianero sustituyó la polea por una nueva. El coste de la reparación fue de 40 euros, incluyendo desplazamiento, materiales y mano de obra.
El tiempo empleado en realizar la reparación fue de unos 45 minutos.
Aunque la reparación es sencilla y podamos incluso pensar en hacerla nosotros mismos, es posible que si sumamos el tiempo que vamos a emplear en ir a comprar la polea, más el tiempo que tardamos en ver los materiales necesarios, y el propio tiempo que invertimos en la reparación, lo más rentable sea llamar a un persianero. Si lo hacemos nosotros mismos tenemos que tener cuidado y elegir bien la polea: debe tener el tamaño adecuado, con la conexión hembra o macho necesaria, y con la anchura correspondiente a la anchura de la cinta existente.
En todo caso esto dependerá de la situación de cada uno, evidentemente.
¡Hasta la próxima reparación!
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