Y es que es relativamente frecuente encontrar filtraciones de agua que entran en los pisos situados justo más abajo de las azoteas.
Sin embargo, lamentablemente no es tan sencillo arreglarlas.
Y esto por 2 motivos:
Es difícil determinar el punto donde se encuentra dañada la impermeabilización de la azotea.
Es farragoso su reparación.
Vamos por partes.
Las filtraciones de agua de la azotea a los pisos inferiores se evitan con una buena impermeabilización
La azotea es la parte superior y plana de un edificio, que le cierra por la parte de arriba y le protege de los elementos.Las azoteas pueden ser visitables o no visitables.
Las azoteas tienen distintos tipos de impermeabilización, pero los más habituales son los basados en láminas bituminosas.
Las láminas bituminosas son láminas de productos asfálticos, impermeables al agua, flexibles y relativamente fácil de colocar. Es decir, son ideales para impermeabilizar superficies.
De hecho, las láminas bituminosas han sido casi el único sistema de impermeabilización usado en azoteas durante muchísimos años. Como cualidad muy destacada en las láminas es su flexibilidad, con lo que pueden acompañar a ciertos movimientos, dilataciones y contracciones del edificio, permitiendo mantener sus propiedades de sellado.
Las láminas bituminosas se construyen protegidas del exterior con diversas materiales y con el suelo o revestimiento final de la azotea. Aún en el caso de azoteas no visitables las láminas no se dejan a la vista, ya que los rayos UV las degradan (aunque existen versiones con protecciones de los rayos UV, como las que tienen protección mineral, que tienen como gravilla en un lado, u otras con protección metálica en una cara).
Lo más normal en el caso de azoteas o terrazas superiores visitables es que la sección del suelo sea algo así como, de arriba hacia abajo: solado agarrado con mortero, lámina de impermeabilización, lámina separadora, aislamiento térmico (esto no en todos los casos), mortero de formación de pendientes y finalmente forjado.
Con este sistema de cierre de la parte superior del edificio conseguimos evitar las filtraciones de agua de la azotea a los pisos inferiores.
Impermeabilización mediante láminas asfálticas. Impermeabilización embebida en la construcción
Evidentemente, si las láminas tienen algún defecto, por ese lugar tendremos filtraciones de agua de la azotea hacia los pisos inferiores.Entre los defectos más habituales están el defecto de pegado de una lámina con otra por diversas causas. También la rotura de las láminas en zonas con aristas o en encuentros de distintos materiales soporte. También es frecuente la rotura de las láminas por la acción de las raíces de plantas en zonas de la azotea con jardineras.
La causa última más frecuente de rotura de la lámina es la de mala ejecución de detalles constructivos, como encuentros del suelo con chimeneas, petos, etc. En estos lugares las láminas se disponen con pliegues, esquinas, etc. Zonas con distintas geometría que el resto plano de la lámina.
Ahí se concentran las tensiones provocadas por las dilataciones y contracciones térmicas. Al final, se rompen por aquí.
Pero la pega más importante no es que se rompan, sino que estas roturas están ocultas, con lo que no es posible a simple vista determinar la zona donde debemos reparar. Esto sí que es lo más engorroso de todo: el hecho de que la impermeabilización esté embebida y, por lo tanto, oculta a una posible revisión de su estado.
Determinación del punto de rotura de las láminas impermeables
Pues sí. Es realmente difícil determinar el punto donde tenemos el fallo en la impermeabilización. Recordemos que la impermeabilización está oculta, con lo que no es posible observar directamente los fallos en ella.Además, el agua, una vez ha pasado por la zona con la falla en la impermeabilización, puede realizar largos recorridos hasta finalmente salir por un lugar que puede estar bastante alejado del punto de rotura de la lámina.
No es la primera vez que, cuando encuentras una filtración en un techo de una casa, y entiendes que, por lógica, la zona rota esté justo encima, se hace una cata o agujero en el solado de la azotea y finalmente descubres que la impermeabilización ahí está perfecta.
El problema es que el agua puede entrar a la parte inferior, es decir a la parte debajo de la impermeabilización por un lado y desde ahí buscar un camino preferente de filtración hacia la parte inferior por otro lado que puede estar bastante alejado. En toda la zona entre el punto de entrada del agua y el punto de salida hacia la casa de abajo la zona se encuentra saturada de agua.
Generalmente el lugar por donde filtrará hacia abajo el agua será por huecos o pasos de instalaciones. Cualquier taladro u hueco que se realizara en el forjado para paso de cualquier instalación u obra le servirá para continuar su camino hacia abajo.
Así, una vez que las filtraciones de agua de la azotea atraviesan la impermeabilización, continúan su viaje por zonas como las bajantes. O patinillos de paso de instalaciones de cualquier tipo: agua, electricidad, etc.
En resumen, nosotros tendremos una humedad o filtración en la casa inferior, coincidente o cercano a estas huecos en el forjado, pero que puede que se encuentre bastante alejado al punto de rotura o defecto de la lámina asfáltica.
Para determinar entonces el lugar donde falla la impermeabilización se suele usar el método de inundación. En este método lo que se hace es compartimentar la azotea en pequeñas zonas e inundarlas de agua. Las dejamos así durante 24 horas y observamos si se producen filtraciones. Si se han producido filtraciones, entonces hemos descubierto la zona con el defecto de impermeabilización. Si no se han producido filtraciones, inundamos otra zona de la azotea. Y así hasta descubrir la zona con problemas.
Método de la inundación por partes de la azotea
En el método de la inundación de la azotea por partes de lo que se trata es de segmentar la azotea en un número determinado de partes, generalmente cuadradas o rectangulares y de inundarlas metódicamente una a una de forma continua. No deberemos inundar otra parte hasta que no haya pasado un tiempo prudencial de estancamiento de agua, por ejemplo 24 horas. De esta forma podemos estar seguros que en una determinada zona no hay problema de filtraciones.De forma sucesiva vamos inundando los distintas zonas hasta finalizar completamente toda la azotea.
En la porción o porciones de azotea donde hayamos inundado y hayamos observado filtraciones querrá decir que en esa zona la lámina está deteriorada.
En cuanto al método en sí de lograr la compartimentación, se pueden usar distintas técnicas. Una muy utilizada consiste en crear pequeños estanques con ladrillos y morteros pobres de fraguado rápido. Bastará con levantar apenas una hilada o 2 de ladrillos. Se trata simplemente de mojar toda la superficie con una altura de unos 10 cm más o menos.
Con este método podemos crear los estanque sumamente rápido, con la ayuda de algún albañil. Una vez terminada la prueba también es bastante sencillo demoler estos pequeños muretes que hemos construido. Si se ejecuta con cuidado no dañaremos nada la solería existente.
Abrir toda la zona con problemas de filtraciones y reponer la lámina
Anotaremos las zonas o estanques con problemas de filtraciones. Debemos abrir todas estas zonas totalmente hasta descubrir los puntos exactos de rotura o daño de la impermeabilización.De esta forma tendremos una visión directa de la lámina con los defectos que pudiera tener.
El arreglo en este caso consiste en sustituir toda la zona de lámina bituminosa dañada y sustituirla por otra porción de lámina bituminosa totalmente nueva.
Las láminas bituminosas son sencillas de unir unos trozos nuevos con los antiguos, por lo que en este aspecto la reparación es relativamente sencilla.
Lo más engorroso, sin duda, es levantar todo el suelo y el mortero y luego volver a reponerlo todo.
¿Qué conseguimos con el método de inundación? Determinar la zona con fallos en la impermeabilización, origen de las filtraciones de agua de la azotea
El método de inundación es el adecuado para hallar la zona de rotura o degradación de láminas bituminosas. Con este método conseguimos evitar tener que levantar todo el suelo de la azotea, con los problemas que esto generaría, sobre todo de costes y plazo.Es, en realidad, un método de ahorro de costes considerable.
En este método descubriremos zonas mucho más acotadas donde sabremos a ciencia cierta que hay un problema. Levantaremos sólo esa zona, y descubriremos la falla. Arreglamos la lámina bituminosa y volvemos a cubrirla con el mortero de protección y de formación de pendientes.
Finalmente volvemos a colocar la solería antigua en caso de que se hubiese podido levantar sin daños. O, lo que es más frecuente, su sustitución por una solería nueva semejante a la antigua.
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