Las mallas en los gallineros es un instrumento básico si quieres entrar en el mundo de las aves. Ya que, la recuperación de los valores del campo, gracias sobre todo a la moda de las casas rústicas, queda bien patente con la adopción entusiasta de algunos materiales típicos del mundo rural, incorporándolos a muy diversos estilos decorativos. Uno de los más exitosos en los últimos años es la malla de alambre empleada en los gallineros.
Las mallas de gallineros, lleno de cálidas resonancias, ha mostrado excelentes aptitudes para amoldarse a cualquier sitio de la casa, desde la cocina al salón. La malla se encuentra con facilidad, cuesta poco dinero, se monta con utensilios tan normales como el martillo y las tenazas, y sus resultados son verdaderamente atractivos. Vamos a conocerla a fondo.
El mejor sitio para comprar las mallas de gallineros es la ferretería. Allí podremos adquirir la cantidad exacta que necesitemos, incluso nos venderán una pequeña porción de dos palmos, mientras que en las grandes superficies tendremos que cargar con rollos enteros de varios metros.Los guantes se revelan como el accesorio imprescindible para manipular el alambre de gallinero. Con esta sencilla prevención, el montaje será cómodo y sin contratiempos.
Para fijar la malla en el bastidor de madera se utilizan unas grapas especiales, que también compraremos en la ferretería. Como son bastante pequeñas, seguiremos utilizando los guantes para sujetarlas mientras las apuntamos con el martillo.
Una vez completada la instalación en el marco del mueble, recortaremos fácilmente con unas tenazas los ‘flecos’ de alambre, muy propensos a enganchones y arañazos.
En la imagen se aprecia la manera de tapar la zona donde va clavado el alambre. Para mayor refinamiento, haremos lo que explica Olma: poner doble marco, con la malla entre medias, y sellar la ranura perimetral con masilla para madera. Una vez lijado y pintado, parecerá un solo listón.
Veamos ya algunas aplicaciones de este versátil elemento. Nitas lo utilizó en este mueble castellano, después de ahuecar las puertas. Tras colocar la malla, completó el diseño poniendo detrás una tela alegre y juvenil.
Aquí se ha utilizado en la puerta de un armario de ropa blanca, de vocación muy campestre, que fue encargado para una casa rústica. Gracias a la malla apreciamos de un vistazo el contenido, y además la ropa contribuye a la decoración del pasillo.
Otro destino muy adecuado para la malla de alambre son los aparadores de cocina. Este pequeño mueble sirve para conservar a mano las botellas de vino.
Y terminamos el recorrido con una idea netamente decorativa que nos ha enseñado Vivebien. De manera muy simpática, aquí la malla crea un recinto para el gallo del cuadro.