Una celosía es la mejor opción para delimitar una zona en el jardín. Esta necesidad puede plantearse por el deseo de ocultar un rincón poco estético, por ejemplo la máquina de aire acondicionado, o para realzar una zona protagonista, especialmente los cenadores y merenderos donde tienen lugar las comidas y reuniones más agradables del año.
A la hora de escoger los materiales para realizar la celosía, conviene recordar que tendremos un aliado inmejorable en el aspecto decorativo: la propia vegetación del jardín. Una celosía revestida de plantas trepadoras nos ayudará en pocas semanas a camuflar de la manera más eficaz un soporte que a menudo tendrá por sí solo poca prestancia.
Celosías de madera
En los centros de bricolaje y grandes superficies podremos adquirir las celosía como también los módulos y soportes necesarios para fabricar una celosía a la medida de nuestras necesidades, con formas y alturas muy variadas que se adaptan a cualquier rincón. Estos elementos deben estar bien anclados, dado que el jardín es la parte de la casa más expuesta a los vientos, y las superficies planas ofrecen gran resistencia.Si vamos a colocar la celosía en el césped o en la tierra será muy sencillo anclarla, embutiendo en el terreno varillas roscadas del diámetro adecuado. Si en vez de césped o tierra tenemos solería, habrá que realizar taladros en el suelo y atornillar los soportes, preferiblemente con tacos químicos, dada su gran solidez. Otra posibilidad que da excelentes resultados es montar listones alternos horizontales.
Pantallas con armazón de metal
Hay muchas opciones para montar estructuras y bastidores metálicos a la medida del rincón, uniendo barras, tubos, ángulos y varillas con alambre galvanizado resistente a la humedad. Este procedimiento es también adecuado para las glorietas y cenadores. En dichos elementos, la estructura de metal suele quedar camuflada, y debemos recordar que, si recibe sol directo, alcanzará excesiva temperatura y las plantas no se enlazarán.El mejor truco para los montajes provisionales sobre solería es la zapata de hormigón armado. Basta coger unos recipientes, por ejemplo latas grandes de pintura, verter la mezcla, y meter una barra en cada bote. Una vez haya secado el mortero, colocaremos los postes donde convenga, y los unimos con tubos y varillas. Con este método nos ahorramos los taladros en el pavimento, y terminada la temporada podemos retirar el montaje fácilmente cortando las barras con una sierra de metal.