Este primer plano de un vallado campestre nos ofrece un rato de cavilaciones a los bricolegas
Probablemente el palo no se habrá desgarrado en esa parte por casualidad. Al fin y al cabo, el método que se emplea para dividir un tronco de árbol es insertar a golpes una cuña.
La punta de un clavo se abre paso en la madera de la misma forma, y, si es una fijación muy grande en relación con la tabla, causará un principio de fractura.
El daño ya está iniciado. Los esfuerzos sufridos por los materiales desembocan en las partes vulnerables de la estructura, con el resultado que podemos ver en la foto.
En cambio, la rosca de un tornillo se hunde en la madera dañando mucho menos las fibras.
Por ello, hay profesionales que evitan a toda costa poner clavos, sobre todo en montajes de exterior donde suelen necesitarse fijaciones de buen tamaño, y ponen siempre tornillos. ¿Qué opinas de esa preferencia?
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado: