Es un inconveniente muy habitual que el mobiliario del jardín o la terraza se deteriore con el paso del tiempo ya que es el que está más expuesto a las inclemencias meteorológicas: lluvia, heladas, sol intenso... Existen posibilidades muy interesantes en el campo de la pintura para conseguir que los materiales exteriores queden protegidos y, a la vez, decorados.
Los metales, fundamentalmente el hierro, constituyen una de las materias primas más frecuentes en los conjuntos de mobiliario, por ejemplo, las mesas y sillas para el jardín, por no hablar de las rejas, puertas, pérgolas o celosías. No hay metal que escape a la acción del óxido, pero no cabe duda de que los que están expuestos a las diversas condiciones climatológicas tienen más posibilidades de acabar deteriorados por la oxidación.
Cómo preparar la superficie
Primero elige un día que no llueva y una hora en la que la zona no esté a pleno sol. Olvídate del jabón para limpiar el polvo o la suciedad del mobiliario viejo; mejor ponte unos guantes protectores y sacude el polvo con un trapo. A continuación, con un cepillo metálico retira la pintura vieja o las partículas de óxido y deja una superficie uniforme con un lijado a conciencia.
Para facilitar la eliminación de las capas no adheridas o antiguas, puedes ahorrarte la tediosa tarea de raspar con el cepillo recurriendo a destructores del óxido que aplicaremos con una brocha. Después añadiremos una capa de imprimación para hierro que permite que la pintura agarre mejor.
Las pinturas antioxidantes
La ventaja de este tipo de productos es que permite cambiar o potenciar el color de los forjados y, a la vez, protegerlos de la oxidación y corrosión. Existen pinturas texturadas y lisas, así como un amplio abanico de colores para elegir. Nunca apliques este producto sobre otros metales que no sean hierro. Con una brocha distribuye una capa de pintura uniformemente, con cuidado de que llegue a cada rincón, y deja secar 24 horas.
Una vez transcurrido ese tiempo, daremos una segunda mano del producto y una tercera si fuera necesaria para las zonas más angulosas. Gracias a esta sencilla operación cambiaremos de aire y revitalizaremos nuestro mobiliario exterior, además de protegerlo frente a las adversidades atmosféricas.