El alambre de gallinero es un recurso muy práctico, que podemos utilizar en cualquier rincón de la casa, desde la entrada a los baños pasando por el salón y la cocina Alacenas, roperos, taquillones, bibliotecas, despensas, aparadores, cómodas: una gran variedad de muebles se prestan a este particular cerramiento.
Y lo más curioso es que, con un origen de lo más humilde y campero, esta malla encaja perfectamente en interiores no ya elegantes sino refinados.
Su colocación es trabajo sencillo, y se realiza con unas grapas especiales que se venden en ferreterías.
La malla se fabrica en diferentes medidas según el diámetro de los agujeros, conviene utilizar el tamaño apropiado a las medidas del mueble. Se vende por metros, también en ferreterías y almacenes de bricolaje.
Una vez cortado el trozo con un alicate especial (1) lo presentamos para comprobar el ajuste. La colocación se hace siempre por dentro, tapando luego con un listón fino las 'costuras'.
Las grapas (2) se clavan con el martillo como si fueran puntillas (3). Debemos procurar que la malla quede bien tensa, porque los abombamientos y ondulaciones afean el resultado.
Sólo queda instalar el marco en el mueble (4). El adorno de este mini aparador ha costado menos de 1 euro, sumando la malla y las grapas.
¿Has hecho algún trabajo con alambre de gallinero?
[Foto: facilisimo.com/Fernando Barón]