Cuando buscamos un elemento decorativo durante semanas y seguimos sin encontrarlo, lo único que podemos hacer es… ¡Fabricarlo nosotros mismos! Es una saludable, satisfactoria y siempre provechosa iniciativa. Lo comprobamos nuevamente con el ejemplo de nuestro lector Garlopin, que, cansado de buscarla, hizo su elegante lámpara de aire japonés, digna del mejor salón.
La innegable ventaja de esta idea, es que podemos aprovechar el espacio disponible al fabricar y ajustar el mueble. Y construir con éxito la pieza buscada es, a menudo, el inicio de un noviazgo feliz con la carpintería, como bien saben la mayoría de nuestros brincolegas. Una vez nos ha picado ese gusanillo, emprenderemos nuevos retos cada vez con mayor ilusión.
Aquí podemos apreciar el austero y elegante estilo de la lámpara de nuestro amigo Garlopin, ya concluida. Nos cuenta que, estuvo recorriendo tiendas de lámparas durante semanas, en vano. El artista tiene una aquilatada experiencia en trabajos de carpintería, y bien lo percibimos en los detalles de este trabajo, sencillo en apariencia.
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