El verano es la época propicia para descubrir esos refugios idílicos que nos enamoran a primera vista el placer de conducir sin rumbo y sin prisas por carreteras comarcales, lejos del mundanal ruido, se redobla ante la visión de casas, lagares, cobertizos, graneros y molinos, que sin excepción se nos antojan románticos, acogedores, irresistibles.
Muchos felices propietarios encontraron en las vacaciones de verano la casita de sus sueños
¿Qué debemos hacer cuando veamos algo que nos dispare la adrenalina hogareña? Ante todo, mantener la cabeza fría y analizar bien todos los factores.
Este reportaje es una valiosa ayuda para planificar la posible compra y las subsiguientes faenas de rehabilitación, desde la techumbre al camino de acceso.
¿Dónde está tu casita de campo soñada?