Es importante que la desmontemos porque así podemos llevarla de muestra a la tienda y comprar una similar que sea compatible.
Primer paso. Necesitamos un destornillador para quitar el tornillo que se suele situar en uno de los laterales de la manilla. En muchos modelos esta fijación se hace con una rosca Allen, en cuyo caso usaremos una llave Allen, específica para estas piezas.
Segundo paso. Hay que soltar y quitar todos los tornillos del embellecedor que corresponde a la placa que protege al pestillo y a la manilla. Lo normal es que esté situado en el canto de la puerta.
Tercer paso. Es el momento de soltar los tornillos que sujetan la cerradura propiamente dicha a la puerta. Una vez quitados, nos servimos del mismo destornillador para hacer un poco de palanca, con una presión controlada, para extraer la cerradura del marco.
Cuarto paso. Seguimos desatornillando. En este caso el objetivo es acceder al interior del mecanismo de la cerradura para poder reparar la avería. Estos tornillos suelen estar en los laterales.
Quinto paso. Revisar todas las piezas del mecanismo. A veces, basta con engrasar estas piezas para que la cerradura funcione sin problemas. Conviene que, previamente, las limpiemos minuciosamente. Poner especial atención en el muelle. Si comprobamos que alguna pieza está rota, procederemos a sustituirla.
Una vez localizado y solventado el problema solo queda colocar de nuevo la cerradura en su sitio. Basta con seguir estos pasos a la inversa.