Con la llegada del buen tiempo, nos gusta disfrutar más del exterior y pasamos más horas al aire libre. En nuestro hogar decoramos y preparamos nuestras terrazas y jardines para convertirlo en un espacio cómodo y bonito, donde olvidarse de la rutina diaria y relajarse un ratito.
Pero al igual que nosotros preparamos nuestra piel para tomar el aire y el sol, nuestros muebles de madera deben también estar protegidos ante los diferentes elementos atmosféricos.
¿Cómo debemos protegerlos? Pues es muy sencillo, necesitan unos cuidados básicos. En este caso quiero mostraros con un ejemplo cómo he dado vida a unas viejas sillas de madera para utilizarlas en el exterior mediante el uso del lasur.
¿Por qué he utilizado lasur ? Existen barnices para exterior, pero el barniz forma una especie de película sobre la madera, ésta actúa como un cristal que al estar en contacto con el sol, la reseca y se cuartea.
Al contrario que el barniz el lasur penetra en la madera a poro abierto, por lo que no forma ninguna película dejando respirar a la madera, manteniendo un equilibrio natural de humedad y permitiendo su flexibilidad ante los cambios de temperatura.
El lasur además de aportar belleza a la madera pues hace destacar considerablemente todas sus vetas, contienen aditivos para proteger de los rayos UV así como ciertos fungicidas e insecticidas que protegerán a nuestros muebles de posibles ataques de hongos o termitas.
Materiales y modo de aplicación.
Para mis dos sillas de madera he utilizado:
Fondo protector
Lasur color castaño
Portalijas (Nespoli-Rulo Pluma)
Brochas
Su aplicación es muy sencilla y el resultado final es fantástico, por eso me decidí a utilizar el lasur, sólo es necesario seguir unos pasos muy sencillos y tener una cuenta unas recomendaciones.
El lasur únicamente puede aplicarse en maderas totalmente limpias de barniz o pintura, en el caso de que ya tuviese lasur previamente, se pasará una lijada suave.
Lo primero que debemos hacer es limpiar el mueble a tratar, en mi caso sillas. Se trataban de dos sillas de madera maciza que pertenecían a un negocio familiar por lo que se limpiaron primeramente para eliminar cualquier resto de suciedad, grasa o polvo.
Una vez limpia y seca procedemos a la aplicación de un fondo protector que nos ayudará a unificar después el tono de la madera al aplicar el lasur y evitar distintas tonalidades.
Respetamos los tiempos de secado y aplicamos el lasur, en mi caso elegí el tono castaño. Como podéis apreciar el cambio es fantástico.
El resultado final es un suave color miel que permite apreciar unas bonitas vetas.
Ya sólo nos queda disfrutar de nuestra terraza o jardín.
En el siguiente post os enseñaré todas las posibilidades del lasur y sus efectos decorativos en los muebles de interior.
Muchas gracias por tu visita
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