Al momento de decorar nuestras paredes, usualmente recurrimos a la pintura o al papel pintado. No obstante, existe otra muy buena opción para lograrlo, se trata del friso, este material nos ayuda a disimular aquellos defectos que tengan nuestra pared o incluso el gotelé. Existen diferentes tipos de friso para tus paredes, según el material del que se componga, pero todos ellos son muy sencillos de instalar y dan un toque muy original a nuestras paredes.
- Frisos de madera: se trata de un friso muy aislante, clásico que está muy de moda actualmente. Son muy resistentes. Una de sus ventajas es que existen de distintos tonos o también podemos pintarlos de cualquier color. Un truco muy original es vestir una pared diagonal de friso o un trozo determinado de la habitación.
- Friso de melamina: tiene una base de conglomerado, aunque su última capa imita a la perfección la madera. Sin embargo, igualmente es un material muy resistente, que no necesita mantenimiento. Suele estar lacado. Puede ser muy apropiado en las habitaciones para niños, porque se puede limpiar simplemente con un paño húmedo.
- Friso de PVC: por último, la mejor opción para habitaciones húmedas como el baño o la cocina son los frisos de PVC, ya que a este material no le afecta ni el calor ni la humedad. Su mantenimiento es prácticamente nulo y su elección puede ser muy variada. Lo más escogido suelen ser tonos pizarra, puede quedar muy original.
¿Qué os parece? ¿Elegirías el friso para tus paredes?
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