Visitar un derribo en Semana Santa

El paraíso de los aficionados al tuneo

La arrolladora moda del tuneo ha convertido los derribos en yacimientos muy deseados por los bricolegas. Y la Semana Santa ofrece la ocasión largamente esperada de visitar el derribo próximo a nuestro lugar de vacaciones. Recordemos que son almacenes de antigüedades donde compraremos enseres a muy buen precio, ya que se venden sin restaurar.

Una vez adquirida la pieza, posiblemente nos rondarán largas cavilaciones para decidir si es mejor dejarla con su apariencia original, o someterla a un desenfadado tuneo. La experiencia demuestra que habitualmente los artilugios de metal se restauran, y son los muebles de madera los que reciben espléndidos tuneos.

He aquí el suculento panorama que nos aguarda en un derribo. Se nos van los ojos detrás de las mesas tocineras, los cántaros y cantareras, las puertas, las ruedas de carreta, los artilugios de todo tipo ordenados en apretado rebaño. ¡El jardín de las delicias para los amantes del tuneo!

Vemos aquí en primer término otro capítulo de marcado protagonismo en los derribos: las solerías recuperadas de las casas antiguas. Especialmente el llamado pavimento hidráulico, un tipo de suelo decorativo muy tradicional, es el preferido de muchos cazadores de tesoros.

Nos acercamos a examinar la llamativa estructura de madera que vimos desde la entrada. Tiene magníficas posibilidades como cenador de jardín, y también puede ser un elemento decorativo de gran impacto en una tienda.

¡Cuántas furgonetas llenaríamos en este rincón! Observemos al fondo la variada colección de puertas, que dan excelente juego para fabricar atractivas mesas de salón.

Las floridas rejas que encontramos en el patio suelen utilizarse también como tapa de mesa, con un cristal encima. No perdamos de vista los rechonchos y simpáticos recipientes de metal, que darán un toque decorativo muy especial en cualquier sitio de la casa, desde la cocina al dormitorio.

Ya en el interior, encontramos toda clase de pequeños artilugios, verdaderas golosinas para los aficionados al tuneo. En la imagen contemplamos dos géneros muy solicitados: la balanza y la radio antigua. Igual que en los enseres almacenados en el exterior, su restauración se deja a los compradores, por ello estas piezas se venden a precios mucho más ventajosos que en los anticuarios.

Y para que podamos apreciar las maravillosas posibilidades de los derribos, nada mejor que completar la visión anterior con un trabajo de Anavazvaz. Nuestra habilidosa lectora encontró una vieja balanza, y he aquí el deslumbrante resultado tras decaparla y barnizarla. ¡Visita en Semana Santa el derribo más cercano y llévate todas las piezas que puedas cargar en el coche!

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