El color de la silla era feo (sin lugar a dudas) y el asiento tenía el mismo cuestionable color y ¡¡además!! en polipiel (....¡sublime!...). El asiento fue fácil de desmontar, ya que estaba literalmente colocado encima sin ningún tipo de sujeción.
Sigamos el paso a paso:
1º decapamos y lijamos por
completo la silla 2º con cola de carpintero retocamos todas las uniones para
dar estabilidad a la estructura
3º para que las uniones quedaran bien, usamos
unas presillas hasta que la cola secara totalmente 4º muchas partes de la silla presentaban cortes y
rozaduras que tuvimos que tratar
5º con masilla para madera fuimos
tapando todas las imperfecciones,
dejamos secar y lijamos para
igualar a la superficie de la silla
7º dimos dos capas de pintura
mate azul aguamarina y una última
de barniz mate para protegerla 6º le dimos una capa de imprimación y
lijamos con una lija más suave 8º para tapizar el asiento usamos una tela
setentera en tonos marrones y verde pistacho 9º el toque retro que le dá es genial
El resultado obtenido es esta preciosa silla con una aire muy setentero que, además, hace un conjunto perfecto con la mesita vintage que os enseñamos en entradas anteriores:
Pero essta silla ya tiene nueva dueña... Ruth, una fiel TeCeTera que seguro le dará el lugar que se merece en algún rincón de su encantadora casa. ¡Un besazo!