Así, cada persona se decanta por un sistema concreto en función de sus preferencias, guiándose por el factor económico, el ecológico o lo estrictamente calorífico. Sin embargo, lo cierto es que, dependiendo de la utilización que se vaya a realizar del sistema, cada vivienda necesita uno diferente. Además, no conviene olvidar otros factores necesarios para una instalación de este tipo, como son las calderas, los emisores de calor, los sistemas de radiación, los termostatos, etc.
Por todo ello, FACILISIMO.COM les ofrece una serie de opciones para que sea el propio usuario el que decida, en función de sus necesidades y posibilidades, una vez que conozca todas las alternativas posibles.
La caldera
Uno de los sistemas de calefacción más empleados en la actualidad es el que utiliza gas como fuente de energía. Para su funcionamiento es indispensable la presencia de la caldera, que consigue la correcta distribución del calor en los diferentes elementos que componen la totalidad del sistema (radiadores o suelo radiante). Así, se puede afirmar que la caldera constituye el corazón de la instalación. Su finalidad es la de calentar el agua que circulará por los emisores. Lo importante es poder elegir esa temperatura, que se colocará entre 60 y 80 grados. Además de proporcionar calefacción, la gran mayoría de las calderas son las encargadas también del suministro de agua caliente.Existen diferentes tipos de calderas, dependiendo del tipo de alimentación que requieran. Así se pueden alimentar con gasóleo, gas natural, gas propano, o, lo que es menos habitual, leña o electricidad. Así, dentro de esta amplia gama se puede elegir la que más se adapte a las necesidades del cliente. Las de gas son apreciadas por el respeto que proporcionan al medio ambiente, mientras que las de gasóleo se caracterizan por el bajo consumo.
Las calderas pueden ser de 'sólo calefacción', 'instantáneas' o de 'acumulación'.
Solo calefacción: no calientan el agua caliente sanitaria salvo si se coloca un acumulador aparte o bien un intercambiador de calor. La primera solución ofrece, sin duda, mayor confort que la segunda.
Instantáneas: calientan el agua caliente en el momento que se pide agua por uno de los grifos de la casa. Este sistema es el adecuado para una vivienda con cocina y un cuarto de baño.
Acumulación: tienen un depósito incorporado de agua en el que se mantiene una cantidad de 100 ó150 litros de agua siempre caliente. Este es el sistema que ofrece la mayor comodidad para viviendas con varios cuartos de baño y para que varias personas puedan ducharse al mismo tiempo.
Por otro lado, hay que señalar un problema muy habitual que encuentran los expertos a la hora de instalar una caldera: el espacio que requiere su colocación. No obstante, hoy en día existen calderas que necesitan espacios bastante reducidos, como la denominada 'caldera mural' que ofrece la posibilidad de ser colgada en la pared. Asimismo, se han comercializado las denominadas 'calderas en línea', es decir, aquellas que se colocan en el suelo como cualquier otro electrodoméstico.
La oferta de combustibles en el mercado actual
Gasóleo cEs el combustible más utilizado en viviendas unifamiliares y localidades donde no hay gas canalizado. Su mayor inconveniente es que hace falta un volumen bastante elevado de litros, entre 700 y 1500, para estar tranquilo y no tener que rellenar demasiadas veces cada año. Esto implica un espacio para situar la caldera y el depósito de gasóleo. Se suelen colocar en garajes, cocheras, patios o almacenes. El objetivo es que esté en un lugar donde no llegue el desagradable olor del gasóleo a la vivienda, también que a la hora de rellenar el depósito no haya problemas con la manguera (lo ideal es una boca de carga que permita hacerlo desde la calle) y, por fin, que no esté en un lugar donde pueda ser dañado por impactos o golpes.
El almacenamiento de productos petrolíferos está regulado por unas normas muy estrictas que tienden a evitar derrames, explosiones y almacenamientos salvajes.
Por ello, debe de ser realizado por instaladores autorizados.
Aunque la responsabilidad del almacenamiento realizado recae sobre el usuario, los primeros encargados en controlar la legalidad de una instalación son los distribuidores de gasóleo, que se exponen a sanciones en el caso de servir combustible en una instalación sin declarar.
Gas natural
Es el gas canalizado que se está implantando en España como la energía del futuro y que ha sustituido al gas ciudad en ciudades como Madrid y Barcelona. Sus mayores ventajas son la comodidad de utilización, la ausencia de almacenamiento y su precio que, aunque hoy no sea el más económico de los combustibles, tendrá tendencia a disminuir.
Las instalaciones deben de ser realizadas por personal autorizado, controladas por la empresa suministradora y mantenidas en buenas condiciones por los usuarios. La normativa es también muy estricta, lo que es muy lógico, ya que el gas presenta un peligro grande en el caso de que haya alguna fuga.
La ventaja de este gas, en cuanto a seguridad, es que es más ligero que el aire, lo que lo dispersa mucho más rápidamente que el butano o el propano, que son más propensos a acumularse y crear riesgos de explosión.
Gas propano
Este gas está embotellado y ofrece el mismo confort de utilización que el gas natural salvo que hay que tener una cantidad de botellas variable en función del consumo. También han de realizar las instalaciones personas autorizadas.
El bajo coste es una de sus mayores ventajas. Y es la solución ideal para quien quiera realizar una instalación de calefacción en un lugar en donde vaya a tardar poco en llegar el gas canalizado, ya que las calderas que sirven para propano, mediante el cambio de los 'chiclés' o 'inyectores', pueden servir para gas natural.
Los emisores del calor
El sistema que mejor se adapata al rendimiento de una caldera es aquel que conlleva la instalación de radiadores en cada una de las instancias de una vivienda o en las más importantes. Por este motivo, este es el método de mayor presencia en España ya que, además, su instalación no es complicada y su funcionamineto es muy sencillo. Lo más común es que los radiadores sean de hierro fundido, de aluminio o de cahapa de acero.Hierro fundido: son los más nobles y duraderos, que se colocan para toda la vida, pero también los más costosos. Este radiador posee la característica de ser resistente a la corrosión y por su elevado rendimiento. Se pueden encontrar estas piezas en el mercado en muy diferentes tamaños y formas para adaptarse a las necesidades particulares de cada hogar.
Aluminio: es el mejor compromiso entre fiabilidad y precio, la mayor ventaja de este material. Otro de sus puntos fuertes es la facilidad con la que se limpia ya que es lacado al igual que los electrodomésticos. Es obligatorio colocar purgadores automáticos a estos radiadores ya que, si no se purgasen, producirían hidrógeno.
Chapa de acero: son los más económicos pero ya prácticamente no se colocan puesto que la vida de este material es la más corta de los disponibles. Se encuentran, sobre todo, en instancias de reducidas dimensiones, ya que son pequeños y pesan poco.