El vecino del quinto no quiere rehabilitar

(Y así nos ha dejado el edificio)


Negligencia Rehabitacional en Kalesija (Bosnia Herzegovina)- Fuente Mas Context



Hace poco una amiga me mandó esta fotografía. Dicen que una imagen vale más que mil palabras pero en este caso, creo que vale más de un millón.

La fotografía fue tomada por algún ciudadano anónimo y corre camino de convertirse en algo viral. La ciudad donde se encuentra esta vivienda es Kalesija, una ciudad en el cantón de Tuzla dentro de la Federación de Bosnia y Herzegovina.

Representa la esquina de un edificio cuyo exterior ha sido remozado, pintado y, en definitiva rehabilitado. Sin embargo, una de las plantas, la fachada, parece, de un apartamento particular no ha pasado por las manos de los operarios. En los viejos muros de hormigón se pueden observar hasta las marcas de bala perdidas en la no tan lejana guerra de los Balcanes.

En nuestro país, no he visto todavía esta muestra de “negligencia rehabilitacional” llevada a su máximo extremo, no sabemos si por falta de fondos o por una simple protesta vecinal. Sin embargo, sí que son frecuentes en nuestro país las historias de rehabilitaciones abortadas por la decisión de uno o varios vecinos que han tumbado los buenos propósitos en la junta vecinal.

Todos conocemos la historia de un familiar que sigue subiendo el carrito de la compra hasta el quinto, porque algunos de sus vecinos (los de las plantas bajas, casi siempre) se niegan a poner el ascensor. Otras personas alegan su avanzada edad, su precaria situación económica o su poca predisposición para emprender obras que supondrán un engorro y que no les dejarán tender la ropa fuera durante varias semanas.

Y en este punto, volvemos a lo mismo de siempre. Mientras no haya una verdadera concienciación ciudadana sobre los beneficios de rehabilitar los edificios de forma eficiente, buscando ahorro de energía y respeto medioambiental, seguiremos encontrando “vecinos del quinto, del primero, o del tercero” que paralicen las tan necesarias obras.

Hemos hablado también en otras ocasiones de la importante función de los administradores de fincas en su labor de concienciación. Una persona que conozca todas las ventajas de rehabilitar, los plazos en los que se amortizará la inversión (nunca un gasto) y los beneficios que tendrá para cada vecino en su factura de calefacción será el mejor predicador de la eficiencia energética, aunque su púlpito esté instalado en el portal de la finca.

Y, por supuesto, volvemos también a reflexionar sobre la importancia de las ayudas y subvenciones. Conocemos bastantes casos de importantes montantes de dinero que se han quedado en el cajón, porque los ciudadanos no han solicitado ninguna cantidad para emprender las obras. Está claro que no es suficiente con publicarlas en el BOE, sino que hay que poner en marcha campañas de información ciudadana para que los vecinos las conozcan y no tengan que enfrentarse a áridos trámites para solicitarlas.

Desde aquí, desde zona-confort, seguimos insistiendo. Si quieres ahorrar, rehabilita tu hogar.

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