Se puede deducir que la ornamentación es de estilo mudéjar y el ebanista de ascendencia musulmana. Recordemos que, después de la expulsión de los moriscos, se adoptaron influencias artísticas árabes: los travesaños de hierro son elegantes, más fuertes que la madera, y flexibles, razón por la cual resulta sorprendente el hecho de que no fueran adoptados en Europa antes del siglo XIX. Seguramente esta mesa perteneció a algún aristócrata y se utilizó para escribir. Actualmente está expuesta en el Saló Daurat de la Generalitat Valenciana, verdadera joya de la arquitectura renacentista.
Patologías detectadas
* La mesa estuvo almacenada sin protección y sometida a las inclemencias ambientales. Posteriormente un anticuario la adquirió y la rebarnizó.* La tapa presentaba diversos repintes, suciedad, erosión, golpes y agrietamiento de la capa de barniz.
* Aparte de lo mencionado anteriormente, los cajones y las patas tienen un ataque puntual activo de insectos xilófagos (carcoma).
Proceso de restauración
En primer lugar se llevó a término una limpieza superficial, con bisturí, paletina y aspirador de los ángulos, rincones y orificios. La desinsectación curativa y preventiva de las patas y cajones se realizó con unos productos específicos, Xylazel y Corpol, con el sistema de inyección e impregnación de las partes afectadas. Seguidamente se introdujo en compartimentos estancos y sellados (plástico).Esta operación se hizo tres veces, cada cinco días. Una vez consolidada estructuralmente la pieza, se procedió a la eliminación de los repintes. Posteriormente, analizando el mueble, se optó por una restauración conservativa. Por eso, se utilizó un gel decapante de cloruro de metileno con el fin de llegar a la pátina original sin dañarla, utilizando desengrasante, estropajos y lana de aluminio para retirar los restos del producto. La limpieza del travesaño, tiradores y herrajes se realizó con vinagre caliente, lana de aluminio y cepillo metálico.
Una vez terminadas las operaciones de eliminación de los repintes, se lijó y pulió con esponja de lija medio fina, y se ebanizaron algunas zonas decoloradas con anilinas al agua (tierra mineral siena y marrón Bismark), con la intención de igualar tonalidades.
El último procedimiento en el acabado final fue la aplicación de cera (encerado fue su nutriente original), al principio con paletina, frotado, y posteriormente con cotón. Se recurrió a cera incolora de abeja para la tapa y cera nogal para las tapas. Los orificios se sellaron con cola vinílica y endurecedores de poliuretano y posteriormente con cera endurecida nogal. El brillo final se llevó a cabo con trapos de algodón. Las piezas metálicas se protegieron con un barniz antioxidante para metales mongay.