Customización, una vuelta de tuerca a la heladería food truck

Vivir en una época ajena es el principal reclamo de la estética vintage que triunfa en la actualidad. La moda food truck casa muy bien con ese placer de transportarse a un tiempo pasado y las grandes firmas quieren aprovechar su tirón. Las restricciones nacionales en lo referente a la legislación para la venta de comida ambulante reducen su ámbito de acción a ferias y eventos en recintos cerrados. Por lo tanto, la opción más rentable es un remolque o caseta con forma de foodtruck. Utilizaremos el último envío de una heladería food truck al Reino Unido, para ilustrar las posibilidades de customización que ofrece este producto.

Económico

Todo ahorro en los costes será bienvenido dada la naturaleza del negocio, donde compensas la frenética actividad de ferias y eventos especiales, con otros días donde la furgoneta permanece parada. El público demanda un producto de calidad, algo más selectivo, pero a un precio razonable.

Por lo tanto, no compensa destinar una partida tan grande de tu presupuesto en adquirir un furgón de época. Primero, el precio de venta se dispara, y segundo, el mantenimiento de la maquinaria y los recambios es muy elevado. Asimismo, imagínese lo costoso que resultaría reproducir la cabina con carrocería.

En contraposición, Serisan se inspiró en el icónico modelo de la Citroën Type H, para fabricar una cabina en fibra de vidrio. La empresa cuenta con una poderosa arma a su servicio, una fresadora o robot 3-D. Alta tecnología al alcance de muy pocas empresas europeas, que ofrece un producto resistente a precio muy competitivo.

A la calidad de sus acabados, incorpora recambios originales de los vehículos clásicos, como parabrisas, focos y manecillas.

heladería food truck personalizada


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Hoy en día, exportar desde sus instalaciones en Cantabria hacia cualquier rincón del mundo no representa los problemas de antaño. La dificultad radica en adaptarse a las peculiaridades de cada cliente. La furgoneta francesa tiene una curiosa anécdota, y es que fueron vendidas al Reino Unido con el volante a la derecha, cuando la práctica habitual es adaptar el producto a las peculiaridades anglosajonas. Al contrario de los franceses, este habitáculo se amoldó a todas las singularidades del cliente. Cuidando hasta el más mínimo detalle, como las tomas de corriente inglesas que tantos quebraderos de cabeza producen a los turistas europeos que visitan las islas.

Espacioso

El principal problema de los vehículos food truck es la falta de espacio. La ventaja de fabricar el habitáculo desde cero implica aprovechar todo la zona que ocuparía la cabina del conductor. Al margen de esto, un furgón standard equipada con un completo mobiliario, fregadero, vitrina para todos los helados, plancha para crepes y refrigeradores para los refrescos, reduce el radio de acción del empleado a 27 centímetros.

heladería food truck precio low cost


Plataforma extraíble

El departamento técnico puso remedio al problema de espacio mediante una plataforma extraíble para la heladería food truck. Esta solución permite ganar medio metro de espacio para el empleado, pero plantea dos nuevos problemas: Librar la rueda del remolque y esconder el paño que cubre la plataforma.

Las casetas con forma de food truck permiten una salida natural de la plataforma hacia el costado, pero en el caso de los remolques el soporte se despliega por la parte trasera.

Por otro lado, utilizar cualquier tipo de puerta supone un impedimento para que el cliente se acerque al producto. El mejor recurso para no interferir en la relación con el consumidor, sin perjudicar la amplitud interior, es una persiana escamoteada. Además, esconderla bajo la furgoneta supone una ventaja estética.

Confort para el trabajador

Una vez solucionada la falta de espacio, se planteaba otro inconveniente para el empleado. Las medidas de una furgoneta standard lo obligaban a despachar manteniendo una postura encorvada. Enclaustrado en un espacio de 1,70 metros, necesita doblar el espinazo para mantener el contacto visual con el cliente.

Bajar el mostrador implicaba crear otro problema adicional, pues la altura óptima para una persona son 90 centímetros. Un vehículo no puede modificar la altura de la ventanilla, pero la ventaja de crear una heladería food truck desde cero es la posibilidad de adaptar la caja veinte centímetros más alta.

heladería food truck customizada por Serisan


Cierre hermético

El final de la jornada laboral plantea un nuevo reto: El cierre de todas las puertas y ventanas plegables o abatibles. Lo habitual es utilizar bisagras convencionales, a costa de un cerramiento deficiente. El departamento técnico de Serisan ideó un cierre especial que garantiza un aislamiento perfecto de la lluvia. Un dicho muy popular en las islas británicas es que, “si no te gusta el tiempo, espera quince minutos”. El aislamiento de las inclemencias climatológicas se antoja vital en una región con un clima tan volátil.

Higiene

Tanto las bisagras como el resto de los componentes metálicos plantean el problema del óxido. Emplear acero inoxidable implica incrementar los costes considerablemente. La solución más eficaz y económica es tratar el metal. Mediante el chorreo, metalizado, imprimación y pintado, desaparece el problema del óxido, enemigo común de todo elemento sujeto a las inclemencias climatológicas.

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