La mesa está compuesta por la patas (muy modernas ellas) y una bandeja. Originariamente era negra con el filo amarillo y unas amapolas rojas pintadas en la bandeja (pensé en transferir unas pero no encontré ninguna que me gustara), que hacían un contraste espectacular con el fondo negro. Pero mi abuelo le dio un de sus míticos brochazos porque se había empezado a oxidar y bye bye amapolas (cuando lo vimos, mi hermana y yo le echamos la escandalosa por el sacrilegio que había hecho).
Para restaurar una mesa auxiliar de metal.
1.- Desarmar la mesa, es decir, separa las patas de la bandeja.
2.-Quitar la pintura antigua y el óxido, para ello lijamos bien con lijadora (para ir más rápido) y a mano donde no llegue la máquina.
3.- Imprimación, si o si, que es de metal y el óxido sube a la superficie en un periquete (vocablo de mi abuelo).
4.- Pintar la bandeja, utilice dos colores azul para la parte de arriba y negro para la de abajo.
5.- Limpiar bien las patas, en este caso las patas están recubiertas de plástico y no se aprecia óxido (que seguro que lo están pero ojos que no ven corazón que no siente), asique no tuve que trabajar mucho (descarte pelar las patas, no me gustan las sorpresas).
6.- Montar la mesa.
He aquí el resultado de restaurar una mesa auxiliar de metal, creo que este azul es un color muy vibrante y lleno de energía.